En casa somos devoradores de documentales, y » The Cove » se nos había escapado. Aunque peque del toque reality show para acompañar los acontecimientos durante el largometraje, ese sensacionalismo lleva al espectador a entender una dificultad real para oponerse a los acontecimientos, perpetuados por el ser humano. Aquí me pregunto por la definición de lo humano, y si quizás no lo estaríamos idealizando teniendo en cuenta que lo humano goza de una apatía absoluta hacia todo lo que rodea nuestro gran ego.
El documental The Cove
El hilo conductor de este documental nos lleva a la isla Japonesa Taiji, donde lo «Humano» choca con lo «Delfín». Sí es sensacional, pero la práctica habitual es así, igual que lo es la almadraba de atunes, igual que lo es la cría de los pollos.
La historia toca más de un hilo,comenzando por el secretismo que envuelve la actividad, que está visualmente protegida de los curiosos por unos promontorios que separan la cala ( The Cove) donde se desarrolla la matanza humana de los delfines. La protección del gobierno local, y su negación de la práctica, además del tema de la contaminación con mercurio que sale a flote en los últimos minutos. Más información.
A medida que iba avanzando el documental lo veía con el corazón y el estómago cada vez más encogidos. Me preguntaba si sus protagonistas tenían alguna postura sobre la matanza de otras especies, si comían chuletones a la Brasa y ensalada César con pechuga de pollo de granjas masivas. Y giré mi pensamiento contra mi propia hipocresía derramando lágrimas por delfines mientras disfrutaba de un plato de gambas al ajillo. Será porque las gambas son más pequeñas, o porque las vacas son menos gráciles y los ojos de los pollos menos expresivos, o porque las lubinas nunca salvaron surfistas de ataques de tiburones. Y paradógicamente fue al terminar de ver este documental, que decidí intentar dejar mi estado de omnívora de toda la vida a favor del vegetarianismo. Un intento que se quedó en la lista de deseos, reemplazado por el compromiso de comer menos carne ( pescado, vacuno, aves etc.) y que lo que se ingiera sea ecológico.
Os dejo con unas recomendaciones que nos conciencian sobre lo que comemos, y la diferencia entre la vaquita que nos da mantequilla y la que sale en el envoltorio del producto pastando en las praderas a lo Heidi.
Otros documentales sobre nuestra comida.
Habíamos visto grandes documentales como » Nuestro pan de cada día» donde el silencio del guión nos sumerge en las entrañas de la industria alimentaria, o «Earthlings» de Joaquín Phoenix, donde se acude a imágenes más extremas, más crueles, más desgarradoras del maltrato animal en la misma industria, quizás esta búsqueda de lo sensancional y fuera de serie con su dureza, no aplicable a prácticas habituales, le resta a este último algo de credibilidad y soberbia.
https://www.youtube.com/watch?v=Bpy39micKQ8
Os invito a ver los tres documentales. con una tostada de aguacate sin jamón.