En el mundo de la ciencia y la investigación en salud, constantemente se descubren compuestos naturales presentes en plantas y frutas que poseen propiedades sorprendentes para el bienestar humano. Uno de estos compuestos es la mangiferina, un polifenol que se encuentra en diversas fuentes naturales, pero que es especialmente abundante en el mango y otras plantas de la familia Anacardiaceae. Este polifenol ha capturado la atención de los científicos y los entusiastas de la salud debido a sus múltiples beneficios potenciales para la salud, que van desde propiedades antioxidantes hasta posibles efectos antiinflamatorios y antidiabéticos.
¿Qué son los polifenoles?
Los polifenoles son un grupo diverso de compuestos químicos que se encuentran de manera natural en plantas. Son conocidos por sus propiedades antioxidantes y beneficios potenciales para la salud. Los polifenoles se encuentran en una amplia variedad de alimentos vegetales, como frutas, verduras, granos, té, vino tinto, chocolate y frutos secos.
Los polifenoles se clasifican en varios tipos según su estructura química, y cada tipo puede tener diferentes propiedades y beneficios para la salud.
Origen y Abundancia
La mangiferina, también conocida como C-glucósido xantonídeo, se encuentra de manera prominente en la pulpa, la piel y las hojas de la fruta de mango (Mangifera indica). Además de los mangos, también está presente en otras frutas como las ciruelas y las uvas, así como en hierbas medicinales como la Garcinia mangostana. La concentración de mangiferina puede variar según la especie y la madurez de la fuente, pero es en los mangos donde suele encontrarse en mayores cantidades.
Poder Antioxidante y Protección Celular
Uno de los aspectos más destacados de la mangiferina es su potente actividad antioxidante. Los antioxidantes son compuestos que ayudan a proteger las células del cuerpo contra el estrés oxidativo, un proceso que puede contribuir al envejecimiento y al desarrollo de diversas enfermedades crónicas.
La mangiferina ha demostrado su capacidad para neutralizar los radicales libres, moléculas inestables que pueden dañar las células y el ADN. Esta propiedad antioxidante no solo puede contribuir a una piel saludable y joven, sino que también puede desempeñar un papel en la prevención de enfermedades como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Posibles Efectos Antiinflamatorios
La inflamación es una respuesta natural del cuerpo a lesiones o infecciones, pero cuando se vuelve crónica, puede contribuir a diversas enfermedades, como la artritis y las enfermedades autoinmunes. La mangiferina ha demostrado tener propiedades antiinflamatorias al reducir la producción de ciertas moléculas proinflamatorias en el cuerpo. Esto sugiere que podría tener un potencial terapéutico en el manejo de condiciones inflamatorias crónicas.
Mangiferina y la periodontitis
La periodontitis es una de las enfermedades inflamatorias infecciosas más comunes, caracterizada por una infección bacteriana crónica en las estructuras de soporte de los dientes, lo que puede llevar a la pérdida de dientes en adultos.
La mangiferina ha recibido mucha atención recientemente debido a sus potentes propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antidiabéticas, inmunomoduladoras y antitumorales. Estudios han confirmado que tiene un excelente efecto antioxidante y actúa rápidamente frente al estrés oxidativo. Además, podría reducir significativamente la expresión de citocinas proinflamatorias.
La mangiferina podría desempeñar un papel eficiente en el tratamiento de la periodontitis, lo que podría ofrecer nuevas opciones terapéuticas para el manejo de esta dolencia.
Impacto de la mangiferina en la Salud Metabólica
Otro campo de investigación en el que la mangiferina ha suscitado interés es en la salud metabólica. Estudios preclínicos han sugerido que podría influir en la regulación del metabolismo de la glucosa y los lípidos, lo que podría ser beneficioso para las personas con diabetes tipo 2 y problemas relacionados con el metabolismo.
Efecto de la mangiferina en la diabetes tipo 2
La diabetes tipo 2 es una enfermedad que requiere enfoques farmacológicos con múltiples mecanismos para contrarrestar sus efectos, pero no pueden detener completamente su progresión. Por tanto, se necesitan medicamentos novedosos y efectivos.
Estudios recientes indican que los ratones diabéticos tratados con mangiferina mostraron reducciones significativas en los niveles de glucosa en sangre, hemoglobina glucosilada y enzimas hepáticas. También hubo mejoras en los niveles de glóbulos rojos y blancos. En modelos de ratas con resistencia a la insulina inducida por una dieta alta en grasas y fructosa, el mangiferin mejoró la sensibilidad a la insulina, la función de las células β y redujo los niveles de lípidos en sangre y el índice aterogénico. Además, mejoró la función de las células de los islotes pancreáticos.
Se ha demostrado que el mangiferin contribuye a la proliferación de las células β y a la regeneración de los islotes pancreáticos, lo que sugiere que mejora la función de los islotes pancreáticos y la producción de insulina.
En relación con las complicaciones diabéticas, se encontró que la mangiferina protege los riñones en la nefropatía diabética, disminuyendo los niveles de glucosa en sangre y mejorando los parámetros renales. También se ha observado que esta atenúa la fibrosis renal y la inflamación en modelos de ratas diabéticas.
En cuanto a las enfermedades cardiovasculares asociadas con la diabetes tipo 2, la mangiferina ha mostrado inhibir vías inflamatorias y de estrés oxidativo, lo que podría proteger el corazón en condiciones de lesiones por isquemia-reperfusión.
¿Un mango al día contra el cáncer?
La búsqueda de tratamientos antitumorales con menos efectos secundarios está en pleno auge. En este escenario, la mangiferina, un compuesto presente en la medicina tradicional china, ha dado un paso al frente en la lucha contra el cáncer. Esta sustancia demuestra una habilidad sorprendente para detener el ciclo de crecimiento de las células tumorales. Imagina que antes de dividirse, las células tienen un reloj interno, y ese reloj es controlado por una especie de dúo molecular llamado complejo cinasa dependiente de ciclina 1 (CDK1) y ciclina B1.
Aquí es donde entra en juego la mangiferina, ya que se ha descubierto que puede detener ese reloj en la fase G2/M del ciclo celular, una etapa clave para que las células se dividan y se multipliquen. Además, la mangiferina también provoca un retraso en la fase S del ciclo celular, donde las células sintetizan su ADN. Esto sucede en células de cáncer colorrectal y cervical, como si la mangiferina les estuviera diciendo «deténganse un momento».
Pero eso no es todo: la mangiferina también es una maestra en inducir la apoptosis, un proceso esencial para eliminar células dañadas o no deseadas. En términos sencillos, la apoptosis es como un «apagado controlado» de la célula. Nuestra protagonista se lanza a apagar ese interruptor, y lo hace reduciendo la actividad de ciertas proteínas. Al hacer esto, envía una señal para que las células tumorales entren en apoptosis y se autodestruyan.
En resumen, la mangiferina es como una superheroína en el mundo de la oncología. Detiene el ciclo celular en momentos cruciales, induce la apoptosis y juega con señales importantes para controlar el crecimiento de las células tumorales. ¡Una auténtica defensora en la lucha contra el cáncer!
Las propiedades neuroprotectoras de la mangiferina
La mangiferina es un compuesto que actúa como una valiente defensora del cerebro. A través de investigaciones, se ha descubierto que tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias gracias a su estructura única llamada C-glicoxantona (64). Esta estructura le permite atrapar los radicales libres, moléculas muy reactivas que pueden causar daño al cerebro a través del estrés oxidativo e inflamación.
La mangiferina también puede modificar la expresión de moléculas señalizadoras proinflamatorias, como el TNF-α y COX-2, y controlar factores de transcripción como NF-κB y Nrf-2 (64). Además, en investigaciones se ha visto que la mangiferina puede proteger al cerebro en situaciones de lesiones y estrés, como en el caso de una inflamación cerebral causada por lipopolisacáridos (LPS) .
Al administrar mangiferina, se ha observado que puede mejorar la función cognitiva en ratones, disminuyendo la inflamación y aumentando la expresión de HO-1, una enzima protectora. También se ha notado que reduce los niveles de estrés oxidativo y mejora el equilibrio de sustancias protectoras en el cerebro . Además, en ratas sometidas a un ambiente estresante, la mangiferina previene la disfunción de la respuesta al estrés, la inflamación cerebral y el daño oxidativo.
Un ejemplo interesante es su capacidad para proteger contra el daño cerebral temprano después de un sangrado en el cerebro (SAH). La mangiferina disminuye la mortalidad de los animales con SAH, reduce el estrés oxidativo y previene la apoptosis celular. Esto se debe a que promueve una cascada de protección celular y activa procesos antiinflamatorios en el cerebro.
¡Tomate un mango!
La mangiferina ha demostrado poseer diversas propiedades beneficiosas, como antioxidante, antimicrobiana, antidiabética, antialérgica, neuroprotectora, cardioprotectora, anticancerígena, hipocolesterolémica e inmunomoduladora.
Y volvemos a la premisa de que somos lo que comemos y que nuestra comida es nuestra medicina, así que antes de necesitar curar con fármacos sintéticos, echa mano de un rico mango y disfruta tu medicina natural.
